viernes, 25 de marzo de 2011

NARRACIÓN

NARRATIVA FICTICIA SOBRE EL MIVIMIENTO ESTUDIANTIL DE 1968

Diana Rivera es hermana de una de las víctimas de Tlatelolco, su hermano Guillermo  era un adolescente de 15 años que se encontraba en el momento de la agresión a los estudiantes, el murió  por tres impactos de bala. Se encontraba escuchando el mitin  sin pertenecer a ninguna organización.

Ese día ella también se dirigía hacia la plaza de las tres culturas donde se encontraría con su hermano, sin embargo, ya no pudo entrar a la plaza. Los soldados habían bloqueado la zona  se quedo atrás de los tanques  impactada y sin saber que hacer. Varios  jóvenes que huían gritaban. “Están matando a todo mundo”.  Diana escuchaba los disparos y podía oler  la pólvora.

En ese momento pensó que  el ataque solo podía  ser hacia los dirigentes. Sin imaginar siquiera  que el tiroteo fuera contra todas las personas que se encontraban en el   mitin. Y que su hermano se encontraba  herido de muerte después de los primeros disparos.

Cuando en ese momento vio que sacaban un herido y lo subían a una ambulancia, el impacto fue mayor al ver que era él su hermano  al que subían a la ambulancia ante tal impacto ella   estaba tan aturdida que no pudo distinguir si su hermano  se encontraba aun con vida, los camilleros no la  dejaron acercarse y lo único que hizo  fue perseguir  a la ambulancia;  aquella persecución fue una verdadera pesadilla, no se sabía adónde llevaban el cuerpo.

Siguió a la ambulancia que entró finalmente al edificio del Servicio Médico Forense. Allí su búsqueda se convirtió en un calvario se  encontró con una de las cosas más espantosas de su vida: las planchas eran insuficientes, por lo que estaban repletas de cadáveres amontonados, unos encima de otros. Había cuerpos de niños, de niñas, de mujeres embarazadas... Habría algunos 200 cadáveres de gente masacrada.

Los familiares de las víctimas estaban amontonados  en la entrada  del Médico Forense, en la puerta había muchos soldados y policías. Era difícil encontrar un espacio para sentarse. Familias completas llorando; hombres, mujeres, niños. El  Médico Forense, sólo  dijo que solamente podían sacar el cadáver de su hermano si testimoniaban, en el acta de defunción, que había muerto por otra causa. Tenía que elegir entre el  decir una mentira para poder llevarse el cuerpo, o bien, quedarse sin él por insistir en la verdad.


Ante tal situación no le quedó más alternativa que aceptar que  el hermano había muerto  por otras causas. Llamo a su familia y llevaron el cuerpo a un pequeño velatorio a donde empezó a llegar gente: amigos, estudiantes y algunos más familiares.

Considero que con tantas mentiras en las actas de defunción hoy en día será imposible poder investigar sobre los hechos si se tratara de tomar en cuenta dicho documento para lo cual la mejor vía para investigar pudiera ser el testimonio de los familiares, los cuales sufrieron en carne propia semejante atropello.
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1 comentario:

  1. Evidente la valiosa aportación de la narración, la imaginación aplicada o basada en hechos reales.
    Fue un placer encontrarte de nuevo en un curso, tu dedicación te llevó a lograr tus cinco puntos de acreditación con tu asistencia, permanencia, dedicación y cumplimiento de actividades de acuerdo a rúbricas.
    Atentamente: Ma.Estela Martínez Benavides.

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